Tercera Clase
Socio-Antropología
Antigua Grecia
Aunque
Aristóteles fue el gran "discípulo" de Platón, existen diferencias
entre el pensamiento maduro de Aristóteles y el de Platón.
Existen diferencias importantes entre el pensamiento maduro de Aristóteles y el de su maestro Platón, fruto de la evolución que sufrió el pensamiento aristotélico. Algunos consideran que el pensamiento de Aristóteles surge al teñir de sentido común el pensamiento ensoñador de Platón.
Existen diferencias importantes entre el pensamiento maduro de Aristóteles y el de su maestro Platón, fruto de la evolución que sufrió el pensamiento aristotélico. Algunos consideran que el pensamiento de Aristóteles surge al teñir de sentido común el pensamiento ensoñador de Platón.
Para
Aristóteles el hombre es un "animal político" por naturaleza. Sólo
los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la
reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en
la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la
ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento
de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un
mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las
diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de
la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el
derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos).
Platón
recibe la influencia del pensamiento pitagórico cuando afirma que el auténtico
Yo es el alma inmaterial, que se ha unido a un cuerpo como fruto de un castigo.
Plató llegará a intentar demostrar la inmortalidad del alma argumentando que el
alma es sinónimo de Vida, por lo que no puede sufrir lo contrario a su ser: la
muerte, siendo así inmortal. Aristóteles, en cambio, afirma que el alma es
aquello que da vida a un cuerpo, y que, por lo tanto, es un elemento totalmente
material y que muere con la muerte del cuerpo. Sólo existe un elemento
inmaterial e inmortal en la concepción aristotélica del alma: el Intelecto
Agente, pero se trata de un elemento colectivo y no individual, por lo que,
según Aristóteles, no existe ningún elemento individual que sobreviva a la
muerte.
EDAD MEDIA: SANTO TOMÁS DE
AQUINO Y SAN AGUSTÍN.
SANTO TOMÁS DE AQUINO
En su
filosofía de la política,
a pesar de reconocer el valor positivo
de la sociedad humana,
se propone justificar la perfecta racionalidad de la subordinación del Estado a
la Iglesia.
Santo
Tomás fue canonizado por el papa Juan XXII en 1323 y proclamado Doctor de
la Iglesia por el papa Pío V en 1567. Su fiesta se celebra el 28 de enero.
Con más
fortuna que ningún otro teólogo o filósofo, santo Tomás organizó el
conocimiento de su tiempo y
lo puso al servicio de
su fe. En su esfuerzo para reconciliar fe con intelecto, creó una síntesis filosófica
de las obras y enseñanzas de Aristóteles y
otros sabios clásicos: de san Agustín y otros Padres de la Iglesia, de
Averroes, Avicena, y otros eruditos islámicos, de pensadores judíos como
Maimónides y Solomon ben Yehuda ibn Gabirol, y de sus predecesores en la
tradición escolástica. Santo Tomás consiguió integrar en un sistema ordenado
el pensamiento de
estos autores con las enseñanzas de la Biblia y la doctrina católica.
El éxito de
santo Tomás fue inmenso; su obra marca una
de las escasas grandes culminaciones en la historia de la
filosofía. Después de él, los filósofos occidentales
sólo podían elegir entre seguirle con humildad o separarse radicalmente de su
magisterio. En los siglos posteriores a su muerte,
la tendencia dominante y constante entre los pensadores católicos fue adoptar
la segunda alternativa. El interés en
la filosofía tomista empezó a restablecerse, sin embargo, hacia el final del
siglo XIX. En la encíclica Aeterni Patris (Del Padre eterno, 1879), el papa
León XIII recomendaba que la filosofía de santo Tomás fuera la base de la enseñanza en
todas las escuelas católicas. El papa Pío XII, en la encíclica Humani
generis (1950), afirmaba que la filosofía tomista es la guía más segura para la
doctrina católica y desaprobaba toda desviación de ella. El tomismo permanece
como una escuela importante
en el pensamiento contemporáneo. Entre los pensadores, católicos y no
católicos, que han trabajado dentro del marco tomista, han estado los filósofos
franceses Jacques Maritain y Étienne Gilson.
SAN AGUSTÍN
En su
búsqueda incansable de una respuesta al problema de la verdad, Agustín pasa de
una escuela filosófica
a otra sin que encuentre en ninguna una verdadera respuesta a sus inquietudes.
Finalmente abraza el maniqueísmo creyendo que en este sistema encontraría
un modelo según
el cual podría orientar su vida. Varios años siguió esta doctrina y solamente
la abandonó después de hablar con el obispo Fausto. Ante tal decepción, se
convenció de la imposibilidad de llegar a alcanzar la plena verdad, y por ello
se hizo escéptico.
Sumido en
una gran frustración personal,
decide en 383 partir para Roma,
la capital del
Imperio. Su madre le acompaña en este viaje. En Roma enferma de gravedad y
gracias a su amigo y protector Símaco, prefecto de Roma fue nombrado
"magister rhetoricae" en Mediolanum (actual Milán).
Fue en
Milán donde se produjo la última etapa antes de su conversión: empezó a asistir
como catecúmeno a las celebraciones litúrgicas del obispo Ambrosio, quedando
admirado de sus predicaciones y su corazón.
Entonces decidió romper definitivamente con el maniqueísmo. Esta noticia llenó
de gozo a su madre que se encargó de buscarle un matrimonio acorde
con su estado social
y dirigirle hacia el bautismo. Se despidió de su compañera sentimental con gran
dolor y, en vez de optar por casarse con la mujer que
Mónica le había buscado. Decidió vivir en ascesis; decisión a la que llegó
después de haber conocido los escritos neoplatónicos gracias al sacerdote
Simpliciano. Los platónicos le ayudaron a resolver el problema del materialismo y
el del mal. San Ambrosio le ofreció la clave para interpretar el Antiguo
Testamento y encontrar en la escritura
la fuente de la fe. Por último san Pablo le ayudó a solucionar el problema de
la mediación y de la gracia. Ya sólo quedaba la crisis decisiva,
estando en el jardín con su amigo Alipio, reflexionando sobre el ejemplo de
Antonio, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: toma y lee, y entendiéndolo como una
invitación divina, cogió
la Biblia, la abrió por las cartas de
Pablo y leyó
el pasaje Rom 13, 13ss. Al llegar
al final de esta frase se desvanecieron todas las sombras de duda.
Realizado por: Camila Barrero
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